En estos momentos de tanto movimiento en el planeta, recordemos la importancia de la sangre de vida, de la sangre de amor, que manando de nuestros vientres promueve renovación.
Que la única sangre derramada sea la de nuestras lunas en gozosa expresión.
Que la ciclicidad de la vida sea y se manifieste en Paz y concordia.
Te recuerdo mujer -y me recuerdo- la importancia de la sororidad, del apoyo y cuido mutuo, de la importancia del equilibrio entre el recibir y el dar.
De no dejar pasar las cosas...si no es en Paz.
De hacer las cosas y Ser ... en Paz.
La Paz verdadera es en extremo saludable.
Bendiciones y agradecimientos a todas las Aliadas de Paz y Salud.
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