Mientras llegamos a la igualdad de géneros que tanto queremos, trabajemos en la equidad... y demos a cada ser lo que necesita, cuando lo necesite.
Aun hoy seguimos replicando a través del lenguaje comportamientos restrictivos, violentadores, discriminantes, desempoderantes... y perpetuación de desigualdad. Aun hoy hay feticidio selectivo, matrimonio infantil, virginidad vendida, abuso sexual por familiares y desconocidos, adultización a través de la moda y concursos de belleza, restricción de territorios, exclusión escolar, silenciamiento...
La deuda histórica hacia lo femenino, encarnado en mujeres y especialmente en las niñas aun continua. Desde nuestros espacios aunemos fuerzas, recursos, intenciones activas, e invirtamos en empoderar a las niñas y las adolescentes en el valor y respeto por sus cuerpos, por su autonomía, por su ser en todas sus manifestaciones. Procuremos su acceso a adecuada educación, salud, nutrición y esparcimiento. Tengamos en cuenta la palabra y sentir de cada niña con la que en nuestra vida convivamos.
Por el derecho a vivir seguras, tranquilas, saludables, aprender de lo que se quiera, a escoger cuando y con quien relacionarse e incluso casarse, a tener acceso a la escuela, a unidades sanitarias adecuadas y mucho más...Por el derecho a vivir libre de cualquier violencia física, emocional, mental, gineco-obstétrica, económica y patrimonial.
Nominemos a las niñas, reconozcamos sus necesidades particulares, respetemos su palabra y sentir, elogiemos no sólo su belleza y ternura también su inteligencia, fuerza y autonomía y tanto más...
Por las niñas de ahora y las que vendrán después.
Por una vida libre de violencias
(1) Resolución 66/170 del 19 de diciembre de 2011, de la Asamblea General de las Naciones Unidas: Declaración del 11 de Octubre como Día Internacional de la Niña para reconocer los derechos y desafíos de las niñas en todo el mundo.
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