Han sido semanas de intensa reflexión y liberación, me he dedicado a "sanar casita" y ha sido muy retador y esclarecedor.
En mi etapa de huevo retomé la terapia con Osiris, suavecito fuí pasando a oruga y mudando mi piel varias veces hasta que llegó el momento de refugiarme en la crisálida donde pasé los últimos días gozándome en mi y recordando mis sueños, mi anhelo, mi vivir.
Luego me quedó estrecha, la energía alegre pugnando por salir fue liberando el fluido que poco a poco ablandó mi coraza y suavizó mi paso, me he permitido salir.
Cada vez valoro más mis " enconchamientos", me permiten mirar pausadamente mi interior y restaurarme.
Se están secando mis alas, preparo mi vuelo, un viaje de regreso a mí, maravillada de mi ser.
Cuan importantes son los cambios, me han permitido ser .
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